jueves, 27 de noviembre de 2014

Columpio.

El niño de los ojos huecos mira sin ver el columpio que se mece vacío de vida y carga.

Se pasa los días así, mirando la arena escurrirse entre sus dedos, intentando hacer castillos que nunca termina, mirando un columpio mecerse sin saber si en su próxima visita traerá besos o un tributo de aire.

El niño sabe leer y sabe escribir, pero lo que de verdad le gusta es volar. Volar entre bandadas de flamencos de papel o navegar una corriente de luz otoñal usando una hoja de roble.

En realidad nunca tuvo interés en la arena, por eso nunca consiguió que se levantaran a su alrededor luminosos castillos de lluvia sucia.

El niño aterriza por fin en el parque y se marcha con Valentina dados de la mano.

1 comentario:

  1. https://www.youtube.com/watch?v=6nJk0PGyQ68

    Sopla viento sopla, que emprendemos el vuelo, sin dudar :D, Feliz año Sr. Saborido

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