jueves, 6 de noviembre de 2014

Valentina duele. (Parte 1)

La luz que entraba por la ventana sacaba mil destellos en la tranquila burbuja.

Salida de los labios de Valentina, flotaba como un deseo recorriendo la habitación.

Sentada en una cama que no era suya, miró la pompa hasta que finalmente terminó huyendo por la ventana.

Valentina, envidiosa del periplo en libertad que acababa de emprender la burbuja por el cielo, se asomó y vio como, poco a poco, se iba alejando entre el bosque de chimeneas.

Su torso desnudo recibió la caricia de las nubes en forma de gotas. Cerró los ojos y disfrutó del momento de liberación mientras el agua hacía carreras a lo largo de su silueta.

Tenía la piel pálida y en sus labios había aún un aura de pasión.

Detrás de ella la cama crujió y unas esposas se deslizaron por el cabecero de hierro. Ella supo que había despertado y sintió la abrasadora mirada de su acompañante en la espalda.

Su momento con las nubes había terminado, así que con resignación cerró las ventanas insonorizadas y se dio la vuelta.

Él estaba atado a la cama de pies y manos y amordazado con unas bragas.

Se revolvió intentando soltarse y el gran tatuaje de un dragón raptando a una doncella se agitó en su pecho.


Valentina fue a la chimenea, sacó el atizador al rojo vivo y comenzó a trabajar.

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